Pregunta
驴Acaso tendremos libre albedr铆o en el cielo?
Respuesta
El hecho de que Ad谩n y Eva tuvieran que tomar una decisi贸n en el Jard铆n del Ed茅n demuestra, sin lugar a dudas, que la humanidad fue creada con libre albedr铆o. La primera pareja decidi贸 pecar, y esa elecci贸n ha sumergido al mundo entero en oscuridad espiritual que nos ha llevado a la necesidad de salvaci贸n. A trav茅s de todo, la humanidad ha mantenido su libre albedr铆o, y lo mantendremos en el cielo. 驴Es posible que las personas en el cielo puedan usar el libre albedr铆o para pecar de nuevo y ser expulsadas del cielo? No, no es posible.
Retrocediendo un poco, necesitamos una definici贸n aceptable de libre albedr铆o. Tenemos libre albedr铆o, pero no de la manera en que la mayor铆a de la gente piensa. Nuestra libertad consiste en el hecho de que somos libres para elegir seg煤n nuestros deseos. Siempre que tengamos un m铆nimo de dos opciones disponibles, debemos tomar una decisi贸n, y siempre lo haremos seg煤n nuestro deseo m谩s fuerte. Pero, en el caso de un pecador ca铆do, 茅l o ella no tiene la libertad de elegir seg煤n la justicia. Esto es lo que Jes煤s quiere decir cuando dice que el que peca "esclavo es del pecado" (Juan 8:34). Este no es el concepto del "libre albedr铆o" que la gente normalmente piensa. La persona no regenerada tiene una naturaleza pecaminosa; no solo se inclina al pecado, sino que se deja llevar por los impulsos pecaminosos. Quiz谩s sea 煤til decir: "Somos libres para elegir lo que queremos, pero no somos libres para querer lo que debemos". Esto limita mucho nuestra "libertad" porque la lista de cosas que queremos (como pecadores) coincide con lo que complace a nuestros impulsos pecaminosos. Nuestras decisiones son para cosas que finalmente nos destruir谩n (Proverbios 14:12). Como dice Pablo, "隆Miserable de m铆! 驴qui茅n me librar谩 de este cuerpo de muerte?" (Romanos 7:24).
Cuando somos salvos, somos libres de nuestra esclavitud natural al pecado. El Esp铆ritu Santo nos regenera soberanamente y por gracia nos da la capacidad de querer lo que debemos querer, es decir, el perd贸n, la salvaci贸n, y el se帽or铆o de Cristo. Cuando confiamos en Jes煤s para la salvaci贸n, comenzamos un proceso moral, un viaje hacia la santidad en el que diariamente sacrificamos los impulsos pecaminosos que hay en nuestro interior y nos esforzamos por alcanzar la piedad. En el cielo estaremos completamente libres de pecado; nuestros 煤nicos deseos ser谩n las cosas de Dios, cosas que nos bendicen, nos llenan y nos dan vida. Esta es la verdadera libertad (ver Romanos 8:21). Mantendremos nuestro libre albedr铆o en el cielo, pero all铆 nuestra voluntad ser谩 santificada. La naturaleza pecaminosa desaparecer谩.
En el cielo somos completamente conforme a la imagen de Cristo (Romanos 8:28-30). Nuestra santificaci贸n estar谩 terminada; ni siquiera querremos pecar. Adem谩s, en el cielo no hay tentaci贸n que nos atraiga ni diablo que nos enga帽e. A diferencia de Ad谩n y Eva, no enfrentaremos ninguna prueba; nuestro estado moral ser谩 seguro. Nadie ser谩 expulsado del cielo. Al igual que nuestro Se帽or Jes煤s tiene un libre albedr铆o verdadero, pero est谩 sin pecado, as铆 tambi茅n nosotros tendremos un libre albedr铆o, pero estaremos sin pecado. Seremos como 脡l (1 Juan 3:2).
Antes de la salvaci贸n, nuestro libre albedr铆o en la tierra est谩 limitado por nuestra incapacidad de decidir lo que es correcto. Despu茅s de la salvaci贸n, nuestro libre albedr铆o lucha entre elegir lo que est谩 bien y lo que est谩 mal. En el cielo, nuestro libre albedr铆o est谩 limitado por nuestra incapacidad de escoger lo que est谩 mal. En nuestro estado glorificado, ejerceremos nuestro libre albedr铆o para escoger lo que es verdadero, honesto, justo, puro, amable y de buen nombre (ver Filipenses 4:8).
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