El voyeurismo es pecaminoso por al menos dos razones: primero, es invasivo e irrespetuoso con la persona que está siendo observada. La Biblia manda a las personas a tratar a los demás con respeto, justicia y amabilidad (Miqueas 6:8; ZacarÃas 7:9; Gálatas 5:22). El voyeurismo es una violación de este mandamiento; el voyeur trata a otras personas como objetos. En segundo lugar, el voyeurismo cae bajo la categorÃa de comportamiento sexual, ilÃcito o inmoral. La lujuria está al mismo nivel, espiritualmente, que el adulterio. Cuando miramos a otra persona "para codiciarla", ya hemos cometido adulterio con ella en nuestros corazones (Mateo 5:28).
Mirar secretamente la desnudez de otra persona (que no sea tu cónyuge) está mal. Cualquier tipo de robo, incluso robar la privacidad de alguien, es pecado. El voyeurismo es una obra de la carne y producto del deseo pecaminoso. La Biblia nos dice que elijamos un camino diferente para nuestras vidas: "sino vestÃos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne" (Romanos 13:14).