Respuesta:
En IsaÃas 61:1-3, el profeta describió la misión del MesÃas, ordenada por Dios, de atender las necesidades de los pobres y desfavorecidos. Empezó diciendo: "El EspÃritu del Señor Dios está sobre mÃ, porque me ha ungido el Señor para traer buenas nuevas a los afligidos. Me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los cautivos y liberación a los prisioneros" (IsaÃas 61:1, NBLA).
En el Antiguo Testamento, "los pobres" eran aquellos que no tenÃan herencia, que estaban económicamente arruinados y eran de baja condición social, o que estaban oprimidos, desfavorecidos e indigentes. Los pobres estaban indefensos y dependÃan de personas poderosas y de circunstancias poco favorables.
Santiago sostenÃa: "¿No eligió Dios a los pobres de este mundo para que sean ricos en fe? ¿No son ellos los que heredarán el reino que Dios prometió a quienes lo aman?" (Santiago 2:5, NTV). El apóstol Pablo explicó el alcance de la bondad desinteresada de Cristo hacia los pobres que vino a salvar: "Ustedes conocen la gracia generosa de nuestro Señor Jesucristo. Aunque era rico, por amor a ustedes se hizo pobre para que mediante su pobreza pudiera hacerlos ricos" (2 Corintios 8:9, NTV).
El objetivo primordial de todo el ministerio de Jesucristo fue proclamar la buena nueva de la salvación a los afligidos. Él es un Salvador que satisface las necesidades de los pobres, tanto material como espiritualmente. Es más, Él los satisface plenamente (Lucas 1:53; 6:20-21; Mateo 5:6).