Todos los momentos de la lista de Salomón se combinan para representar la totalidad de la actividad humana en sus diversas expresiones. Nuestras vidas en este mundo son una mezcla de alegrÃa y tristeza, altibajos, armonÃa y discordia, arraigo y agitación. Salomón reconoce que cada momento tiene su lugar y su tiempo señalados por Dios. El Señor tiene el control de principio a fin. Él es soberano. Él tiene un propósito en cada estación, lo entendamos o no.
Las dos primeras frases—"Tiempo de nacer, y tiempo de morir" y "Tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado"—representan el principio y el fin, la vida nueva y el hecho inevitable de la muerte. La vida de las plantas comienza con la siembra, pero termina con el arranque. Quienes trabajan en el mundo de la agricultura entienden que hay un momento adecuado para plantar y una estación apropiada para cosechar.
En el Nuevo Testamento, Jesús ilustra una importante verdad espiritual mediante una metáfora parecida de plantar y arrancar: "De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará" (Juan 12:24-25).