Respuesta:
La Biblia expresa claramente la inmutabilidad de Dios—Su naturaleza inmutable y constante—en numerosos pasajes. Santiago lo comunica de esta manera "Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación" (Santiago 1:17, NBLA).
No hay sombra de variación en el carácter de Dios. Su amor y Su fidelidad son constantes (Salmo 89:2; 136:1-26; 2 Timoteo 2:13). Él siempre es perfecto (Deuteronomio 32:4; Mateo 5:48; 2 Samuel 22:31; Job 37:16) y santo (IsaÃas 6:1-5; 1 Samuel 2:2; Apocalipsis 4:1-8). Su amor por Sus hijos nunca falla (Romanos 8:38-39; JeremÃas 31:3; Hebreos 13:5; 1 Juan 4:8).
Como no hay sombra de variación con Dios, podemos depositar toda nuestra confianza y fe en Él. Es un Padre bueno cuyos planes, acciones y tratos en nuestras vidas son siempre moralmente coherentes con Su naturaleza y Su Palabra. Santiago enseñó que las pruebas y las tribulaciones sirven en última instancia a un buen propósito en nuestras vidas (ver Santiago 1:2-18). Incluso el aguijón en la carne de Pablo fue un buen regalo de Dios (ver 2 Corintios 12:1-10). Cuando surjan dificultades y tentaciones, no debemos dejar que las sombras cambiantes oscurezcan nuestra confianza en el Padre de las luces.