El kalam afirma que cada efecto requiere una causa precedente. Si esa causa es en sà misma un efecto, tiene su propia causa precedente. Esto implicarÃa una cadena de causalidad que se remonta. Sin embargo, esto conduce a un dilema lógico: si todo es causado, esta cadena nunca puede terminar. Pero si nunca termina, entonces nunca habrÃa nada para comenzar la cadena. Una serie literalmente infinita de eventos pasados es insensata; implica un tiempo literalmente infinito entre dos momentos. Por lo tanto, debe haber un punto en el que la cadena de causalidad "se detiene", al mirar hacia atrás, o más correctamente, donde "comienza".
Esa única, necesaria y única Primera Causa serÃa Dios. El kalam muestra que esto no es una petición de principio. El argumento no sugiere que "todo" tiene una causa, solo que todo lo que comienza a existir o comienza a suceder tiene una causa. El argumento kalam no es un intento de evitar ciertas conclusiones, sino una concesión a la única conclusión racional posible. Es lógica básica, no la doctrina, la que sugiere que hay una Primera Causa (Salmos 19:1; Romanos 1: 18-20).