La expresión abundar en esperanza se refiere a una medida desbordante de esperanza que está mucho más allá de toda capacidad humana de producir o describir. El verbo griego original traducido como "abundar" significa "rebosar, ser rico, tener más que suficiente, traspasando todos los lÃmites".
La esperanza se define como "la expectativa de que algún deseo se cumplirá". En las Escrituras, la esperanza siempre se enfoca hacia adelante, con expectativa confiada o creencia firme en el cumplimiento de las promesas de Dios. No debe confundirse con la ilusión. La esperanza del creyente es una "esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo" de una "herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros" (1 Pedro 1:3-4). Abundamos en esperanza cuando miramos hacia adelante "mientras anhelamos con esperanza ese dÃa maravilloso en que se revele la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo" (Tito 2:13, NTV).
La esperanza especÃfica por la que Pablo oró en Romanos 15:13 era la esperanza de la salvación de personas de toda nación, tribu y lengua. QuerÃa que los cristianos esperaran el momento en que Israel serÃa salvo y "la plenitud de los gentiles" llegarÃa a la salvación (Romanos 11:12, 25). Oró para que los creyentes de Roma mantuvieran sus corazones centrados en la consumación de la historia y más allá, en la gloria de los nuevos cielos y la nueva tierra que gentiles como judÃos heredarán juntos.
La esperanza bÃblica está fijada y fundada en Dios, quien es "un ancla firme y confiable para el alma" (Hebreos 6:19, NTV). No hay esperanza sin Dios en nuestras vidas (Efesios 2:12). Pero la esperanza firmemente cimentada en Dios proporciona la inspiración y motivación para vivir la vida cristiana, incluso ante a las dificultades y el sufrimiento (Salmo 42:5; 2 Corintios 1:10; Job 13:15).
Podemos abundar en esperanza, viviendo con la expectativa emocionada de todo lo que Dios nos ha prometido en Su Palabra (IsaÃas 46:8-11; JeremÃas 29:11). El autor de Hebreos nos anima, "Mantengámonos firmes sin titubear en la esperanza que afirmamos, porque se puede confiar en que Dios cumplirá su promesa" (Hebreos 10:23, NTV). Las propias Escrituras "nos dan esperanza y ánimo mientras esperamos con paciencia hasta que se cumplan las promesas de Dios" (Romanos 15:4, NTV).