Sabemos que Dios no "recuerda" las cosas en el sentido de que las haya olvidado. A diferencia de nuestras mentes limitadas, la mente de Dios es infinita y omnisciente (IsaÃas 40:13-14; Salmo 147:5; 1 Juan 3:20). Su conocimiento es perfecto (Job 37:16). Dios ve incluso las cosas ocultas que otros no pueden ver: "Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta" (Hebreos 4:13). Además, Dios es perfecto y no está sujeto al pecado ni a los defectos del hombre (Deuteronomio 32:4; Salmo 92:15; Mateo 5:48).
Expresiones como "Dios se acordó" y "el brazo de Dios es fuerte" son ejemplos de antropomorfismo. El antropomorfismo es una figura retórica en la que ciertos rasgos de la humanidad finita se atribuyen al Dios infinito. Estas figuras aparecen a menudo en la Biblia y nos ayudan a comprender la obra de Dios desde una perspectiva humana. Cuando Dios "recuerda" el pecado, lo castiga (Salmo 25:7); cuando Dios "recuerda" a Su pueblo, lo bendice (NehemÃas 13:22). Los pasajes en los que Dios "recuerda" siempre van seguidos de pruebas de que Dios nunca olvida.