La palabra grande se usa en muchas versiones de la Biblia para captar el significado de las palabras griegas y hebreas que describen las cualidades de carácter superior de Dios. 1 Juan 3:1 dice: "Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios". Romanos 9:22 habla de la "mucha paciencia" de Dios. Lamentaciones 3:22–23 alaba al Señor por Su gran amor y gran fidelidad.
Efesios 1:19 indica que el poder de Dios es incomparable, es un poder inmensamente grande. Tito 2:13 llama a Jesús "nuestro gran Dios y Salvador", lo que significa que el Señor es de la más alta jerarquÃa, eminente en Su autoridad. Hebreos 10:21 dice que Jesús es "un gran sacerdote sobre la casa de Dios", lo que significa que Cristo supera a todos los demás sacerdotes de la historia en naturaleza, poder y capacidad. Cuando Jesús expulsó a un demonio de un niño, la multitud se maravilló "de la grandeza de Dios" (Lucas 9:43).
A lo largo de la Biblia, vemos evidencia de que Dios es grande, desde la creación del mundo, hasta la división del Mar Rojo, pasando por los milagros de Cristo, hasta el juicio final. Nuestra respuesta a la grandeza de Dios es adorarlo y alabarlo con humildad: "Alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza" (Salmo 150:2).
Dios es tan grande que no se puede comparar con nada ni con nadie más (Salmo 71:19). Dado que creó todo lo que existe, es muy superior a esas creaciones. Es más grande, en el sentido de que no puede estar limitado por el tiempo o el espacio. Es más sabio, utiliza cosas necias para confundir a los que se creen sabios (IsaÃas 40:13; 1 Corintios 1:27). Es infinito, mientras que todas las cosas creadas son finitas (Salmo 90:2). De hecho, Dios es la definición de la grandeza, y todos los demás usos de la palabra son meros reflejos de esa grandeza.