Respuesta:
La Biblia utiliza palabras como iniquidad, transgresión y pecado para indicar los niveles de desobediencia a Dios. Todos se clasifican como "pecado". Miqueas 2:1 dice, "¡Ay de los que en sus camas piensan iniquidad y maquinan el mal, y cuando llega la mañana lo ejecutan, porque tienen en su mano el poder!".
Cuando nos damos cuenta de que hemos pecado, podemos elegir. Podemos ver lo malo que es y arrepentirnos. Cuando lo hacemos, encontramos el perdón y que Dios nos limpie (JeremÃas 33:8; 1 Juan 1:9). O podemos endurecer nuestros corazones y hundirnos más en ese pecado hasta que nos defina. Se presentan listas parciales de iniquidades en Gálatas 5:19–21 y en 1 Corintios 6:9–10. Estos son pecados que llegan a consumir tanto que una persona puede ser identificada por ese estilo de vida. Los salmistas diferencian entre el pecado y la iniquidad cuando le piden a Dios que les perdone ambos (Salmos 32:5; 38:18; 51:2; 85:2).
La segunda parte de Romanos 1 describe la evolución del pecado (versÃculos 10–32). El resultado final para aquellos con corazones tan endurecidos es que Dios los entrega a una "mente reprobada" (versÃculo 28), y ya no tienen el deseo o la capacidad de arrepentirse. Reprobado significa "totalmente depravado, entregado al mal hasta que la conciencia está cauterizada". La Escritura aclara que Dios perdona incluso la iniquidad (Miqueas 7:18), pero si insistimos en ella, cosecharemos la paga del pecado, que es la separación eterna de Dios (Romanos 6:23).